El pastor de Brie, llamado briard en inglés y berger de Brie en francés, es una antiquísima raza de pastoreo y protección de ganado cuyos orígenes concretos se desconocen.
La primera mención por escrito que da evidencia de su existencia fue en un libro sobre agricultura de 1783, donde ya se hablaba de los perros de la región de Brie y su descripción era, básicamente, idéntica a los ejemplares que existen hoy en día.
En Francia, su país de origen, la popularidad le llegó en la segunda mitad del silo XIX cuando se presentó una pastora de Brie en la exposición canina de París en 1863, y resultó ser la triunfante ganadora del evento.
A pesar de su éxito en Francia, el reconocimiento del pastor de Brie en el resto de Europa se hizo esperar. No fue hasta 1966 cuando se exportó el primer ejemplar a Irlanda, que abrió el camino a su popularidad en otros países europeos.
Curiosamente, en Estados Unidos la presencia de esta raza data del siglo XVIII, cuando el embajador estadounidense en Francia llevó consigo una hembra en estado de gestación. Al finalizar su mandato, regresó a su granja en Virginia con la perra, dejando un legado del pastor de Brie en tierras norteamericanas que continúa hasta hoy.
Entre sus utilidades, los pastores de Brie sirvieron como perros centinelas y ambulancia durante las dos Guerras Mundiales por parte de las fuerzas armadas francesas.
A consecuencia de la desploblación rural y la disminución de las actividades ganaderas en Francia, el pastor de Brie puramente funcional perdió interés y la raza se enfocó en líneas de compañía.
Cariñoso con conocidos y receloso con los extraños
Descritos en ocasiones como “un corazón cubierto de pelo”, el pastor de Brie es un perro de naturaleza cariñosa e incluso tierna con su entorno familiar, niños incluidos si se han socializado adecuadamente, y que desarrollan un feroz instinto guardián. Con otros perros y animales, son de tendencia tolerante.
Requieren manos experimentadas o bien informadas sobre la raza, ya que los pastores de Brie son extremadamente sensibles y responden francamente mal a entornos donde se utilice la educación basada en la imposición o la brutalidad, donde pasen mucho tiempo solos o donde no reciban una estimulación adecuada.
Recordamos que originalmente eran perros pastores, por lo que requieren de desafíos, actividad física y estimulación ambiental alta para satisfacer sus necesidades. Son perros grandes pero ágiles y musculosos, adecuados para compartir varios deportes caninos.
Durante muchos años, el corte o mutilación de orejas estuvo permitido y era una exigencia dentro del estándar, pero actualmente, al menos en España, esta práctica se encuentra prohibida por lo que los pastores de Brie muestran orejas caídas y cubiertas de pelo largo.
El pelaje del pastor de Brie requiere una cantidad considerable de cuidados. No mudan por sí mismos, lo que puede resultar una ventaja dado que no hay desprendimiento, pero requieren cepillados frecuentes, lo idóneo sería una vez al día, y con peines aptos de púas anchas, que permitan que traspase el pelo espeso y áspero de textura similar al de las cabras, sin dañarlo. Asimismo, y para evitar problemas de visión, se debe recortar —siempre bajo manos de profesionales expertos en peluquería canina— el pelo del flequillo, o bien acostumbrar al animal desde muy joven a recoger los mechones en una coleta alta.
Para ampliar información sobre la raza se puede contactar con la Real Sociedad Canina de España o con la Union Européenne du Berger de Brie, una entidad fundada en 1996 que engloba más de 10 clubs europeos del pastor de Brie.
Desde Animaleros invitamos a considerar ser casas de acogida o la adopción responsable para introducir un nuevo miembro canino en el hogar, acudiendo a perreras, albergues o protectoras donde recibamos un asesoramiento sobre qué perros son compatibles con nuestro estilo de vida e intereses.
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